Había una vez un cerdito volador, que volaba entre estepas, flores y montañas, a pesar de su aparente felicidad... no se sentía querido porque era verde... y entonces...
(Bueno pues desde aquí gracias a Natascha Rosenberg, por los consejos con el papel para pintar con acrílico... a ver si poco a poco dejo de pintar en folios)
7 comentarios:
Como mola tu cerdo! Me lagro de que te guste el papel! Y que salgan muchos cerdos más!
Yeaaahhh....
Hola Alberto, sigo tu blog desde hace meses, me encanta tu trabajo..hemos coincidido en ilustratour pero yo no sabía que eras tú!Si no te hubiera felicitado en persona.
Te he visto en una foto de Nuria Hernández Pintor (he compartido con ella el taller de Elena y Gustavo)y ha sido cuando me he dado cuenta.
Un abrazo,
Muchas gracias Marijose, suelen pasar este tipo de cosas, cabuen... bueno pues para el año que viene nos saludamos, eh, eh, eh... abrecetes. Alberto.
Me encantan tus últimos trabajos, Sobri. Asi da gusto regresar a las andanzas blogueras.
un Beso!
Me recuerda a la mascota de una empresa cárnica de Valladolid. Je je.
Gracias Ale...
Osties.. tienes toda razón Julio... estos cerdos voladores... aunque si fuesen verdes la carne sería un poco de desconfiar...
Publicar un comentario