10 sept 2006

El mito de lo guapo o de lo feo

Hoy a eso de la entresiesta me he tragado la nueva serie de Televisión que se titula “Yo soy Bea”, que va de una chica que es guapa, pero que hace como si fuese muy fea, para ello, para que parezca fea, le han pintado las cejas más de negro y le han puesto aparato (ortodoncia) y gafas… lo que quiere decir algo así que la gente que lleva aparato y gafas es fea; no hay más que fijarse en Superman, que se pone unas gafas y no lo reconoce ni Grison (que gran disfraz). Por otra parte nos fijaremos en el título tan recurrente, el de “Yo soy Bea” que si cambiamos la B por una F quedaría “Yo soy Fea”, cuanta creatividad e iroginilacidad (palabra que me acabo de inventar para demostrar que yo también puedo ser original si me lo propongo).
Y diréis a que viene esto, y si no lo decís, por favor pensadlo por lo menos. Esto viene a que estoy indignado… Porque la serie esta bien, y seguro que el jefe de la señorita Bea se enamorará de ella, pero por qué luego tienen que hacer que la fea sea guapa, ¿dónde quedan entonces los valores y o u la belleza interior? Me remito también a esto en el famoso libro escrito creo que por Walt Disney “La bella y la bestia” donde al final la bestia se convierte en príncipe, muy guapo él, quedando demostrado que lo que queda es la belleza exterior. Y resaltar también de la serie, lo mejor de todo que hay una secretaria que esta muy bien y es rubia, con lo cual ya le han dado el papel de tontuela. Rubias del mundo protestad.

Así que la AFSF (Asociación de Feos sin Fronteras) emitimos nuestra repulsa a este tipo de series, eso si queremos que la serie se siga emitiendo ya que todo el mundo tiene derecho a trabajar, pero por favor no hagan más series de este tipo.

Para completar este artículo pasamos a leer el cuento de Aljandro Buscoy. Hace muchos años había dos principes, El Príncipe Feo y El Príncipe Guapo y también una princesa que se llamaba la Princesa Buenona. El Príncipe Feo de gran belleza interior, pero carente de cualquier belleza exterior, como es normal se enamoró de la Princesa Buenona, sobrada esta de belleza exterior. Y El Príncipe Guapo también se enamoró de ella, y claro el Príncipe Guapo no tenía belleza interior. Así que los dos pidieron matrimonio a la Princesa Buenona. Ella tenía que decidir… vosotros que hubieséis dicho.

Pues si así fue.

La Princesa Buenona eligió al Príncipe Guapo. En el reino mucha gente se quejó y decían pero esto no es un cuento de hadas, hay que ver que sin vergüenza y cosas peores que ni tan siquiera me atrevo a relatar. Así que pasados unos días la Princesa Buenona habló al pueblo.
Mirad pueblo mío… Elegí al Príncipe Guapo, porque es Guapo y siempre podré estar con él… y si este me tratase mal siempre tendría al Príncipe Feo para contarle los problemas que tenga con el Príncipe Guapo.

Moraleja: Si no la habéis sacado no seré yo quién os la diga.

Reenvía este correo a tu lista de contactos si no lo haces te convertirás en rana… Tom Penson no lo hizo y ahora vive muy feliz comiendo moscas y dando saltos de charca en charca… y además está muy contento porque dice que el verde le favorece

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